Escolopendra: características y consecuencias de su picadura
Las escolopendras son un grupo de artrópodos con cualidades similares. La más llamativa es que suelen tener de 21 a 23 pares de patas. Es lo que coloquialmente le da el nombre de “ciempiés” y, aunque puede parecer inofensivo, hay que tener cuidado con ellos, pues poseen colmillos venenosos conocidos como forcípulas, ubicados en la parte delantera de su cabeza.
¿Qué es una escolopendra?
Las escolopendras son un grupo de animales artrópodos conocidos por sus múltiples patas y su cuerpo largo y delgado. Estos organismos pertenecen al género Scolopendra y existen más de 80 especies diferentes en todo el mundo. También son conocidas como centípedos o quilópodos y se encuentran en una amplia variedad de hábitats, desde bosques tropicales hasta desiertos.
Son insectos que pertenecen al filo Arthropoda, que incluye a todos los animales con patas articuladas. Estos animales son organismos eukaryota y se encuentran en todas partes del mundo, excepto en la Antártida. Las escolopendras son uno de los grupos de artrópodos más antiguos, y se cree que han existido durante más de 400 millones de años.
Aunque son generalmente inofensivas para los humanos, algunas especies tienen glándulas venenosas que pueden causar dolor y otros síntomas. Los científicos están interesados en estudiarlas por su capacidad para sobrevivir en una amplia variedad de hábitats, desde sábanas al campo, y por su papel en los ecosistemas naturales.
Clasificación Taxonómica
La escolopendra pertenece al filo de los artrópodos y a la clase Chilopoda, que incluye a los ciempiés. A su vez, la clase Chilopoda se divide en dos subclases: Epimorpha y Anomorpha. La escolopendra pertenece a la subclase Epimorpha, que contiene los órdenes Geophilomorpha y Scolopendromorpha.
Familia Scolopendridae
La escolopendra pertenece a la familia Scolopendridae, que es la familia más grande de ciempiés. Esta familia se caracteriza por tener cuerpos alargados, patas numerosas y ser venenosas.
Género Scolopendra
El género Scolopendra es el más conocido de los ciempiés y cuenta con más de 80 especies diferentes. Fue descrito por Carl Linnaeus en 1758 y su tipo de especie es Scolopendra pinguis. Las especies de este género se distribuyen por todo el mundo, aunque son más comunes en las regiones tropicales y subtropicales.
Especies destacadas
Entre las más de 80 esècies conocidas de escolopendras, las más destacadas son:
- Scolopendra Cingulata o escolopendra mediterránea. Es común en Europa y el norte de África. Puede crecer hasta los 20 cm y se caracteriza por su coloración marrón rojiza y sus patas amarillas.
- Scolopendra Gigantea. Es una de las especies más grandes, pudiendo alcanzar los 30 cm de longitud. Es originaria de América del Sur y se diferencia del resto por su color marrón oscuro, aunque sus patas también son amarillas.
- Scolopendra Morsitans. Es una especie africana que mide hasta 20 cm. Su tono marrón es más amarillento. Igual que el resto, sus patas son amarillas.
En los últimos años se han descubierto nuevas especies de escolopendras, como la Scolopendra Cataracta, encontrada en Laos en 2018. Sin embargo, aún no han sido ampliamente estudiadas y se sabe poco sobre su comportamiento y características.
Anatomía y fisiología
La escolopendra es un artrópodo miriápodo que posee un exoesqueleto segmentado y apéndices articulados. Su cuerpo está dividido en segmentos, cada uno de los cuales porta un par de patas. Estos apéndices son utilizados para caminar y capturar a sus presas. Además, tienen una cabeza con antenas y mandíbulas.
- Veneno. Es una de sus características más conocidas. Se sitúa en glándulas colocadas en la cabeza e incluye gran variedad de sustancias, entre ellas la serotonina que puede causar dolor intenso y necrosis en la zona afectada. Algunas especies poseen un veneno más potente que otras.
- Patas. Son largas y delgadas cubiertas de pequeñas espinas o thorns. Las utilizan para defenderse de depredadores o capturar a sus presas.
- Antenas. Les permite detectar el olor y las vibraciones del ambiente. Las emplean para localizar a sus presas y evitar a sus depredadores. Además, pueden comunicarse con ellas.
Hábitat y comportamiento
Este insecto se encuentra en todo el mundo, especialmente en zonas tropicales y subtropicales. Prefiere vivir en lugares húmedos y oscuros, como debajo de piedras, troncos o en grietas de las rocas. También puede habitar en cuevas y en el suelo de los bosques. Son animales nocturnos y se esconden durante el día.
Alimentación
La escolopendra es un depredador que se alimenta de otros invertebrados, como arañas, cucarachas y caracoles. Tienen una mordedura venenosa que les permite inmovilizar a su presa y digerirla.
Depredadores y canibalismo
A pesar de su tamaño y veneno, tiene varios depredadores como serpientes, aves y algunos mamíferos. Además, algunas son caníbales y se comen a otras escolopendras.
Reproducción
La reproducción de la escolopendra es sexual y las hembras ponen huevos. Éstos eclosionan en larvas que se asemejan a los adultos, pero son más pequeñas. Las escolopendras pueden vivir varios años y crecer hasta más de 30 centímetros de longitud.
Efectos del veneno: picadura y efectos
La escolopendra utiliza su veneno para inmovilizar a su presa, aunque también puede inyectar su veneno en humanos. La picadura es muy dolorosa y puede causar hinchazón, enrojecimiento e inflamación en la zona afectada, pero no suele ser peligro a excepción de las personas alérgicas a la histamina, una de las sustancias presentes en su veneno.
Los síntomas pueden variar dependiendo de la especie y la cantidad de veneno. En los casos más graves puede causar vibraciones musculares, sudoración y aumento de la frecuencia cardíaca. No obstante, aunque es muy dolorosa, rara vez es mortal para los seres humanos. Sí puede serlo para algunos de sus depredadores como las aves y ciertos mamíferos.
Curiosidades sobre las escolopendras
La escolopendra ha sido un animal fascinante para muchas culturas a lo largo de la historia. Desde la antigüedad, ha sido objeto de mitos y leyendas, y en algunas culturas, se le ha atribuido propiedades curativas.
En Francia, concretamente en la región de Provenza, se utilizan para tratar problemas de circulación sanguínea y dolores musculares. Además, se preparan platos exóticos con ellas.
Por otra parte, los nativos de Madagascar la emplean para tratar dolores de cabeza y problemas respiratorios. También se cree que tiene propiedades afrodisíacas. La mayoría de estas cualidades se deben a las sustancias que componen su veneno, por lo que no es seguro. Son varias las especies de escolopendras que pueden aparecer en los jardines españoles. En caso de encontrar alguno, es importante mantener la distancia y, en el caso de picadura, aplicar cuidados de primeros auxilios o acudir al médico en el caso de aparecer síntomas graves.