La musaraña: un colaborador beneficioso en el huerto
Uno de los animales que se cuelan de vez en cuando en los huertos de la península ibérica es la musaraña. Este animal tan semejante al ratón no daña los cultivos y ayuda a controlar las plagas de insectos no deseados como las de oruga.
¿Qué es una musaraña?
La musaraña es un pequeño mamífero insectívoro que pertenece a la familia Soricidae. Existen más de 385 especies y se asemejan a los ratones, aunque genéticamente no están relacionados con ellos. El cuerpo de las musarañas es alargado, tienen un hocico puntiagudo y la cola corta.
Son conocidas por ser muy ágiles y activas, además de tener un metabolismo extremadamente alto, lo que las hace consumir grandes cantidades de alimento en relación con su tamaño. A pesar de su pequeña estatura, son cazadores feroces de insectos, gusanos y otros invertebrados. También pueden consumir pequeños vertebrados como ratones recién nacidos.
Dentro del ecosistema, su papel ecológico es controlar la población de insectos y otros invertebrados.
Se cree que su origen se remonta a 60 millones de años atrás, concretamente al Paleoceno. Ha evolucionado de tal manera que, actualmente, es capaz de sobrevivir en distintos hábitats.
Características físicas de la musaraña
La musaraña es un animal de cuerpo cilíndrico, extremidades cortas y delgadas, y dedos con garras. Sus ojos son pequeños pero visibles, y sus orejas grandes y redondas. Su pelaje es corto, muy denso y aterciopelado; normalmente color gris o marrón. Su hocico es largo y puntiagudo con bigotes sensibles, pues les permiten detectar presas y moverse en la oscuridad.
La esperanza de vida de este mamífero es de uno o dos años. Son asustadizos y se alejan con rapidez ante ruidos poco comunes, lo que le puede llevar a saltar, a desmayarse, o incluso a la muerte. Su pequeño tamaño no le impide ser depredador de insectos, pequeños vertebrados y carroña.
Hábitat de la musaraña
La musaraña se encuentra en una gran variedad de hábitats, desde bosques hasta zonas montañosas, pasando por praderas, dunas, márgenes de ríos y orillas de lagos. Por esto, se caracteriza por ser un animal adaptable que puede vivir en diferentes entornos. Aun así, la musaraña ibérica prefiere los lugares con cierta humedad.
Además, le gusta vivir en lugares con vegetación densa y abundante, por lo que es posible verla rondar por huertos y jardines. Este entorno permite moverse con más facilidad y escapar de sus depredadores.
Dieta y alimentación
La musaraña es uno de los animales más activos del reino animal, necesita comer cada pocas horas, ya que tras 4 horas sin comer pueden morir. Es por eso que se alimentan cada 2-3 horas, lo que las hace habitar en lugares con abundante alimento.
Su dieta es tanto vegetal como animal. Se basa en insectos y sus larvas, gusanos, semillas, frutos secos y algunos animales invertebrados; aunque su dieta varía según la especie, la región geográfica y la época del año.
Algunas especies de musaraña tienen una saliva venenosa que les ayuda a paralizar a sus presas, como lombrices e insectos, al igual que hacen los topos. Aunque es un animal pequeño come una cantidad significativa de alimento en relación a su tamaño. Por ejemplo, puede consumir hasta tres veces su peso en alimentos cada día. Eso se debe a su alta tasa metabólica, pues necesita mantener su energía y temperatura corporal prácticamente durante todo el día.
Comportamiento y hábitos de la musaraña
Las musarañas son animales solitarios y se sienten más cómodos viviendo solos. De hecho, son muy agresivos y territoriales, pudiendo luchar entre sí para defender su territorio y su derecho a aparearse. Sin embargo, algunas especies viven en pequeños grupos familiares.
Normalmente construyen nidos en el suelo o en la base de las plantas utilizando hojas, hierbas y ramitas. Son muy ágiles y se mueven con facilidad entre la vegetación. Ésto les permite conseguir escapar de sus depredadores.
Cuentan con glándulas odoríferas que desprenden un olor desagradable para animales con el olfato desarrollado como perros y mapaches, aunque sus principales depredadores son aves con sentido olfativo débil como las rapaces o las lechuzas.
Su vista es escasa, por lo que utiliza su sentido del tacto para explorar y encontrar alimento. La musaraña común produce chillidos ultrasónicos que son perfectibles.
Reproducción de la musaraña
Se reproduce varias veces al año. Aunque la temporada varía según la especie, generalmente se extiende entre febrero y septiembre. Los machos compiten por las hembras, llegando a pelearse.
La gestación dura entre 18 y 25 días y las camadas son de 4 a 6 crías, pariendo alrededor de 4 veces al año. Las crías nacen ciegas y sin pelo, siendo amamantadas por su madre durante las tres primeras semanas, tras las cuales comienzan a comer alimentos sólidos y explorar su entorno.
Las musarañas son monógamas y forman parejas estables durante la temporada de apareamiento. Los padres cuidan y protegen a sus crías hasta que son lo suficientemente independientes para sobrevivir por sí mismas.
La musaraña como aliada en el huerto
Más allá de lo que muchas personas piensan, la musaraña no suele dañar los cultivos, a diferencia de los ratones de campo. Se alimenta de manera basta diariamente con grandes cantidades de comida, pero nunca ataca las frutas y verduras. Al contrario, prefiere perseguir a los gusanos, babosas, tijeretas, orugas, rodajas de madera y otros insectos; los cuales no podrán atacar las plantas del jardín.
Por lo tanto, la musaraña es todo un aliado para huertos y jardines, que quedarán libres de insectos dañinos. Es capaz de correr entre el césped más alto y otros tipos de vegetación, por lo que puede llegar a cualquier parte de la zona de cultivo. Le encanta las pilas de compost, así que para atraerla se puede crear este abono natural.