
3 técnicas de abonado más utilizadas
Existen tantas técnicas de abonado como abonos para cultivo. Sin embargo, no todas se utilizan con la misma frecuencia, pues los agricultores son más propensos al uso de las que generan más confianza sin arriesgarse con métodos muy novedosos que pueden llegar a dañar sus preciadas plantas.
No obstante, para los cultivadores menos experimentados es importante empezar diferenciando entre el abono y el fertilizante para cultivo, pues si bien podría ser difícil distinguirlos por cubrir ambos la necesidad de aportar nutrientes a la planta, cuentan con sutiles diferencias fáciles de entender.
Diferencia entre abonos y fertilizantes para cultivo
Si bien las diferencias entre abono y fertilizante no son especialmente llamativas, estas dos sustancias se pueden diferenciar perfectamente. En esencia, el abono para cultivo se utiliza para nutrir la tierra y se vierte directamente sobre ella. Por su parte, el fertilizante se vierte sobre la planta, aunque indirectamente también se aplica a la tierra.
Tanto el fertilizante como el abono para cultivo pueden ser orgánicos o minerales/químicos. En este caso, como puede deducirse por su nombre, los orgánicos están compuestos por sustancias más naturales que no perjudicarán al medioambiente y los químicos o minerales se crean con unos compuestos específicos, sobre todo, con los macronutrientes que la planta necesita.

Abonos y fertilizantes orgánicos
Ventajas
- No dañan el suelo, por lo que no cambian su composición. Al contrario, al provenir de vegetales y animales es rico en minerales y otros compuestos que enriquecen la tierra.
- Aporta tanto macronutrientes como micronutrientes, consiguiendo aumentar las cualidades organolépticas de las plantas.
- Es más complicado llegar a una sobrefertilización y quemar la planta.
- Se elimina la posibilidad de que queden restos tóxicos en la planta.
Inconvenientes
- Resulta más complicado el control de los nutrientes que obtiene la planta.
- Normalmente son más caros.
- Puede fomentar la aparición de hongos e insectos.
Abonos y fertilizantes minerales
Ventajas
- Control exhaustivo de los nutrientes que recibe la planta.
- Suelen tener un precio menor que los orgánicos.
- Más efectivo para corregir carencias nutricionales.
Inconvenientes
- Dañan el suelo, a largo plazo provocan su esterilidad.
- Al estar compuestos por sustancias químicas, muchas no son absorbidas por la tierra ni por la planta y terminan contaminando aguas subterráneas.
- Es más fácil sobrefertilizar una planta y que llegue a morir.
- Puede dejar restos tóxicos en la planta.
Tipos de abonos para cultivo y cómo aplicarlos
Las plantas necesitan tres nutrientes básicos para un correcto desarrollo: nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K). La mayoría de los vegetales cuentan con un ciclo de vida dividido en tres etapas: fase vegetativa, reproductiva y fase de maduración. Para poder cumplimentar cada una de ellas adecuadamente necesitan unos nutrientes específicos (MPK) en el abono de cultivo. El nitrógeno ayuda a las plantas, sobre todo, durante el crecimiento. El fósforo se ocupa de su correcto desarrollo, de reforzar las raíces y favorece la floración. Por su parte, el potasio interviene en la multiplicación celular, la correcta formación de tejidos, e impulsa la reproducción.
Para escoger un buen abono para cultivo, es necesario tener en cuenta esta información y buscar un abono que cubra todas las necesidades de las plantas. Aunque existen muchos tipos de abonos orgánicos los más conocidos y utilizados por sus óptimos resultados son la turba, el guano, el estiércol, el compost y el abono verde. Además, es posible encontrar abonos minerales con cualquier composición, ya que se preparan específicamente con los macronutrientes necesarios para las plantas.

Para el correcto desarrollo de las plantas no sólo hay que preocuparse por utilizar un buen abono para el cultivo. Lo primero que se debe tener en cuenta es el soporte, la humedad y los nutrientes que el propio suelo aporta para no sobrealimentar ni regar la planta en exceso. Dependiendo de éste se seleccionará un tipo u otro de variedad que tenga posibilidades de sobrevivir en ese suelo.
Las temperaturas que soporta una planta o la más confortable para su crecimiento es otro factor a considerar para la supervivencia de la misma; así como la luz que reciba diariamente y el agua con la que se regará; tanto por el pH en la zona como por las lluvias, para evitar el estrés hídrico del vegetal.
Las tres técnicas de abono para cultivo más utilizadas
Existen muchas variantes de abono para el cultivo de plantas, pero tres de ellas destacan por sus increíbles resultados:
- Compost o compostaje. La posibilidad de crear en casa un compost propio ha popularizado este abono para cultivo. Este compuesto permite crecer sanas y fuertes a las plantas de cualquier cultivo gracias a su gran aporte de nutrientes. Además, se ahorra agua en el riego por su capacidad para retener líquidos y es 100% ecológico.

- Humus de lombriz. Este compuesto está presente casi en cualquier huerto ecológico grande o pequeño por sus increíbles resultados. Este abono está formado por excrementos de lombriz obtenidos mediante vermicompostaje. Es totalmente ecológico, no huele, es compatible con el resto de fertilizantes y abonos para el cultivo, aporta macro y micronutrientes, y es realmente eficiente, pues una tonelada de humus equivale a 12 de estiércol o 4 de compost.

- Abono verde. Consiste en el cultivo de otras plantas que, posteriormente, actúan como abono. Cuenta con numerosas ventajas. Entre las más destacadas se encuentran su capacidad de aumentar la fertilidad del suelo, de protegerlo de la erosión y desecación, de mejorar su estructura, y de mantener a las plantas seguras ya que reduce considerablemente el ataque de plagas y la contracción de enfermedades.

A pesar de la gran variedad de abonos para el cultivo que se pueden encontrar actualmente en el mercado, no todos son igual de apropiados para el cultivo, sobre todo si está destinado al consumo. Siempre es mejor optar por un abono orgánico para reducir la posibilidad de que queden restos tóxicos en la planta y potenciar un mejor desarrollo que aumentará, a su vez, la calidad de la misma y de sus frutos.