Cómo hacer compost casero para nuestro huerto
De la misma forma que ocurre con todos los seres vivos, las plantas necesitan alimentarse para poder desarrollarse de forma óptima y adecuada. La clave para que al final de la temporada los huertos obsequien a sus cultivadores con grandes cosechas, viene dada por suministrar los nutrientes necesarios en todos sus ciclos vitales. Una forma de conseguirlo es saber cómo hacer compost casero, un tipo de abono que puede ayudar a nuestras cosechas.
El suelo es una fuente rica en estos compuestos químicos, no obstante sus capacidades son limitadas. Después de diversas cosechas, los vegetales cultivados ya habrán absorbido la mayoría de las sustancias nutritivas, dejando el sustrato empobrecido e inerte con vistas a plantaciones futuras.
¿Qué es el compost?
El compost es un abono natural resultado de la descomposición controlada de desechos orgánicos, sólidos o semisólidos. Diversos microorganismos actúan en la degradación de estos residuos hasta transformarlos en un producto asimilable de primera calidad. Es una manera muy económica y ecológica de generar abono y así ahorrar en fertilizantes químicos, además de saber con exactitud qué contiene la tierra.
Para que el suelo se encuentre en perfectas condiciones, no es suficiente con los nutrientes y minerales esenciales. Cuando se habla de sustrato en términos de cultivo orgánico se refiere a un completo entramado de microorganismos beneficiosos que se complementan entre sí. Se trata de crear un ecosistema vivo en el que parásitos como los nematodos beneficiosos u hongos como las micorrizas, creen un ciclo simbiótico que protege a las plantas.
Cómo hacer compost casero paso a paso
PASO 1: encontrar el lugar adecuado
Existen muchos tipos de receptáculos donde introducir los residuos orgánicos, desde contenedores hechos de madera o ladrillo, hasta mallas metálicas moldeadas en forma de bidón. Sin embargo, la opción más utilizada por el bajo coste y la comodidad es el compostador comercial, normalmente fabricado a base de policloruro de vinilo (PVC). Es importante que el envase disponga de una serie de agujeros en la base para ayudar en el proceso de oxigenación, además de una tapa para asegurar un ambiente apropiado.
Es primordial encontrar un sitio adecuado para depositar los restos orgánicos. Un lugar con una temperatura cálida, que goce de muchas horas de sol y alejado de zonas residenciales, ya que emite un olor muy fuerte. Aun así, el lugar debe de ser accesible, ya que es necesario añadir agua de forma periódica, cuando el calor seque por completo el compuesto.
PASO 2: componentes necesarios para hacer compost casero
La combinación adecuada de material orgánico es la clave para obtener un compost rico en nutrientes. Antes de empezar, se debe llevar a cabo una recolecta previa de considerables cantidades de restos vegetales. La forma más práctica de hacerlo es colocar un pequeño contenedor en la cocina donde se depositarán los desechos.
La gran parte del abono natural se crea por una mezcla equilibrada de materiales de color marrón y verde. Estos son:
- Los componentes marrones están formados por ramas y hojas secas que suministran carbono al conjunto. El CO2 es utilizado por los ejemplares para transformarlo en carbohidratos que precisan para crecer.
- Los elementos verdes incluyen restos de fruta, cáscaras de huevo, pieles de patatas y posos de café, entre otros. Proporcionan en mayor medida nitrógeno, esencial para el crecimiento vegetativo y para llevar a cabo la fotosíntesis.
PASO 3: proceso de compostaje
Antes de agregar los desechos al recipiente, es aconsejable triturarlos o cortarlos en pequeñas piezas (5cm), para facilitar que la descomposición sea más rápida y haya una mejor aireación. Existen diferentes proporciones para preparar el compost. Lo ideal es que la mezcla sea homogénea, manteniendo una humedad constante y que se airee al menos una vez cada semana. Una relación muy utilizada es ¾ de materiales secos y ¼ de desechos orgánicos. Un correcto equilibrio asegura que las bacterias y microorganismos descomponedores dispongan de la atmósfera conveniente para desempeñar su función.
Si el compostador no se encuentra en contacto directo con el sustrato, es ventajoso comenzar la mezcla con una capa de tierra para que aporte microorganismos. A continuación, se deberá cubrir con hojas secas, también, si no se dispone de material verde existe la posibilidad de añadir papel de periódico.
Finalmente, se añadirá materia biológica como pueden ser pieles de frutas y verduras o cualquier elemento anteriormente citado. Este proceso se deberá llevar a cabo varias veces para crear una superposición de ingredientes naturales y posteriormente obtener el abono orgánico. Por cada lámina se deberá regar una vez sin encharcar la mezcla, y por cada dos se añadirá un poco de ceniza de madera no tratada, además de un poco de cal para controlar el pH.
Para acelerar el proceso se usan activadores, los cuales se pueden comprar en tiendas de jardinería, además el purín de ortiga, un preparado natural, también es una buena opción. Cuando se inicia la descomposición, la temperatura debe de estar entre 50-60º, sin superar nunca los 70º ni bajar a menos de 30º.
Manteniendo estos niveles mediante agua y volteos periódicos, la descomposición no se detiene. Asimismo, hay que mantener un control exhaustivo de la humedad, cuidando que el material no esté demasiado seco ni tampoco muy saturado. Dependiendo de las condiciones climáticas, se regará, más o menos, cada 3 o 4 días.
Si el proceso de fabricación del compost casero se ha realizado de forma correcta estará listo entre 3 y 6 meses después, de lo contrario si no se oxigena lo suficiente, el proceso puede demorarse hasta medio año más. La mezcla estará lista cuando desprenda un característico olor a tierra de bosque, con un color oscuro y que sea imposible diferenciar los desechos. Sin embargo, cuando se cosecha necesita entre 10 y 15 días de aireación para que termine de madurar, pierda humedad y finalice por completo el trabajo de los microorganismos.
Normalmente hacer compost casero es un proceso sencillo que no requiere mucha atención. Pero sí es conveniente revisar la mezcla con frecuencia para asegurarse de que el desarrollo sigue su curso de forma correcta. El resultado será una masa orgánica repleta de nutrientes y minerales que proporcionan al huerto un crecimiento óptimo sin necesidad de utilizar abonos o fertilizantes químicos.