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Cómo hacer semilleros caseros

Cómo hacer semilleros caseros

La revolución de los huertos en casa es todo un hecho, cada vez son más los individuos que deciden tener en sus hogares un pequeño espacio hecho por ellos mismos en los cuales plantan todo tipo de verduras y fruta según la temporada, además de otros tipos de plantas aromáticas. Para ello, necesitan tener un lugar apto para el cultivo, saber cómo hacer semilleros caseros puede ser de gran utilidad para obtener el sitio que deseas para tu cosecha en casa. 

Qué es un semillero

Es un lugar en el cual se siembran semillas para una vez nacidas, poder trasplantarlas a un criadero o un macetero individual. Se puede hacer de varios tamaños y formatos, dependiendo del espacio donde se quiera colocar. A parte, puede estar colocado sobre un soporte o directamente en el suelo. 

Los semilleros caseros, se pueden encontrar en cualquier lugar, como dato curioso, desde que somos pequeños, en clase se enseña a hacerlos y también,  a plantar semillas.

Ideas de semilleros caseros

Hacer este tipo de artilugio es una tarea fácil que no requiere de mucho tiempo ni de muchos materiales, ya que se pueden realizar con material reciclado por lo que no hace falta invertir una gran cantidad de dinero para obtenerlos. 

Lo primero que se debe tener en cuenta es la elección del tipo de semillero que se necesita para las semillas elegidas. Existen diferentes tipos hechos de varios materiales, como por ejemplo, corcho, plástico o de turba. 

Semilleros con bandejas de poliespán

Es necesario disponer una bandeja de poliespán, tierra para plantar, etiquetas para diferenciar y las semillas que se van a cultivar. Para hacerlo simplemente hay que  rellenar la bandeja hasta el borde de la tierra seleccionada y colocar las semillas en orden junto a la etiqueta que diferencia cada tipo. 

bandejas de poliespan

Semilleros caseros con cáscaras de huevos

Como bien sabemos, un semillero se utiliza solo en la etapa de germinación de una planta hasta que ya esté preparada para ser trasplantada, por ello, las cáscaras de huevo pueden ser el semillero casero ideal para todos aquellos que no dispongan de mucho espacio

Para hacerlo, se necesitan huevos (tantos como semillas haya para germinar) se coge un huevo y se abre por la parte superior, haciendo un agujero de tamaño mediano. Después vertemos el contenido en una taza (Se puede aprovechar para hacer alguna receta). A continuación, se lava el interior del huevo y se añade la tierra y la semilla, repetir los pasos con el resto de huevos. 

semilleros caseros

Semilleros con plástico

Hacerlos con botellas de plástico es la manera más típica y por la que más optan las personas. Solo es necesario tener botellas de plástico vacías o cajas de plástico y cortar por la mitad e introducir en ellas la tierra y las semillas. 

semilleros de plastico

Semilleros caseros de madera

Si se quiere crear un espacio amplio para poder tener una gran cantidad de semillas germinando y se dispone de un buen lugar, lo mejor es optar por crear un semillero de madera, ya que este durará más tiempo y además, dará un nuevo toque a tu hogar. 

Para ello es necesario disponer de 4 palos de madera y un tablero de madera para que haga de suelo, todo esto debe contar las dimensiones adecuadas equivalentes al área donde va a ir colocado. Una vez montado puedes echar la tierra y plantar las semillas Como añadido, para separar las diferentes variedades, se puede utilizar otros trozos de madera a modo casilleros. 

semillero de madera

Semilleros con cartón

Una de las formas más tradicionales de fabricarlos, es con tetrabrik o cajas de cartón, para ello solo es necesario tener varios de estos envases, cortar la parte de arriba, agruparlos y en ellos añadir la tierra y las semillas que se desea plantar. Es importante que cada tetrabrik o caja contenga un tipo de semilla, para diferenciarlas es necesario colocar su nombre en la parte de afuera de cada recipiente. 

semilleros caseros

Beneficios de tener semilleros caseros

Su principal beneficio es que permite controlar y optimizar la cantidad de plantas que son aptas para el cultivo, es decir, las semillas que consiguen germinar para poder ser trasplantadas y dar sus frutos. 

Otro de los beneficios a tener en cuenta, es que ahorra costes. Es decir, en el propio semillero pueden crecer plantas, eso sí, estas deben tener un tamaño pequeño acorde sus dimensiones.  De esta manera, no hace falta comprar otro tipo de macetas.

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