Tipos de plagas en el huerto
Con la llegada de la primavera y seguidamente del verano, los días se alargan y el buen tiempo se apodera de la mayor parte de las horas del día. En estas condiciones, los insectos y parásitos que pueden dañar los huertos, encuentran un medio ideal para vivir y reproducirse. Desde siempre, el ser humano ha intentado (y sigue haciéndolo) erradicar estos tipos de plagas y enfermedades que castigan las cosechas. Esta tarea no era para nada fácil, sin embargo con el paso del tiempo y los avances conseguidos en referencia a las técnicas agrícolas, se han implantado métodos realmente fructíferos para conseguir su eliminación.
Además, cabe destacar que durante los últimos años los productos ecológicos y sostenibles han adquirido una mayor notoriedad y, en este sentido, la agricultura no iba a ser una excepción. Los tratamientos orgánicos y naturales para el control de plagas han ido ganando terreno con una efectividad perfectamente comprobada. Entre sus múltiples beneficios, se puede subrayar que los remedios caseros no son contaminantes ni tóxicos, ni tampoco persisten en el medio, ya sea en el suelo o en el agua.
Para saber tratar y prevenir su aparición, es de vital importancia conocer las plagas más comunes que pueden afectar a las plantas. Cada una de ellas presenta una características diferentes, así como también una manifestación y una eliminación específica.
Tipos de plagas y cómo combatirlas
Pulgón
El pulgón es un pequeño insecto que se alimenta de la savia de las plantas. Es quizá la plaga más común y conocida, y aunque existen una gran variedad de especies diferentes, todas se caracterizan por tener un aparato bucal succionador-chupador con el cual perforan las hojas y los tallos. Debido a su desmesurada capacidad reproductora, constituyen una de las enfermedades más destructivas y perjudiciales en toda la agricultura.
Es común asociar estos tipos de plagas con las hormigas, ya que estas se nutren de una sustancia azucarada que segregan los pulgones, llamada melaza. Durante los meses de primavera y verano, encontramos hembras vivíparas con una reproducción completamente asexual. Como resultado, se obtiene un clon idéntico a su progenitor que justo después de su nacimiento, empieza a desarrollar nuevas crías, llegando a producir hasta 100 descendientes.
Los pulgones atacan al cultivo de la siguiente manera: deformando o enrollando las hojas y los brotes. Además, puede causar una desfiguración de la zona apical de las plantas debido a la segregación de una sustancias tóxicas transmitidas a través de su saliva. Asimismo, al alimentarse de la savia, provocan una reducción en el crecimiento y también pueden ser transmisores de virus como el CMV (virus del mosaico del pepino). Los cultivos más importantes que suelen verse afectados por este tipo de plagas son: el guisante, las habas, la patata, la judía y la col.
Mosca blanca
Son muy fáciles de reconocer por su característica morfología en forma de polilla y su color blanquecino. Estos insectos ponen huevos rectangulares de color morado y verde, pudiendo producir hasta 550 cada mes. Por lo general, los suelen depositar en el envés de las hojas, mostrándose como diminutas escamas con forma ovalada.
La mosca blanca también se alimenta de la savia, reduciendo considerablemente su crecimiento y posterior floración. Además provocan el amarillamiento e incluso la caída prematura de las hojas. Asimismo, segregan una sustancia conocida como “mielada” que cubre y debilita toda la estructura de la planta. Las variedades que suelen estar afectadas por esta plaga con mayor frecuencia son: el tomate, la cebolla, el pimiento, la zanahoria o la berenjena.
Entre los métodos de control ecológicos más comunes encontramos: el cultivo cerca de plantas aromáticas como la albahaca o el romero, cuya fragancia ahuyenta a la mosca blanca, o las llamadas trampas cromáticas, técnica consistente en colocar pequeñas láminas adhesivas de colores, para que los insectos se sientan atraídos y se queden pegados y atrapados.
Araña roja
También conocida por su nombre científico Tetranychus urticae, esta plaga está compuesta por diminutos ácaros que no superan los 0,5 mm durante su etapa adulta. Hay que tener en cuenta que aunque comúnmente se llaman arañas, estas no pertenecen al reino de los arácnidos, no obstante han adoptado ese nombre por su capacidad de tejer telarañas. Son muy perjudiciales ya que se alimentan de los contenidos celulares. El primer síntoma que se puede detectar, es la aparición de unos diminutos puntos blancos que recorren el nervio principal de las hojas. Seguidamente, estas empiezan a decolorarse por completo, observándose una especie de hilos algodonosos blancos (telarañas) en el envés. Además, provoca pequeñas heridas en la epidermis de las hojas, reduciendo considerablemente la capacidad fotosintética.
En cuanto a su control, lo más recomendable es podar las zonas afectadas y arrancar las malas hierbas colindantes a los cultivos. También es muy beneficioso para la prevención y erradicación de la araña roja, utilizar preparados biológicos a base de ácaros fitoseidos, que son depredadores naturales de huevos, larvas e insectos de este tipo. Esta plaga es muy furtiva y afecta a una gran cantidad de especies como la calabaza, el almendro o la patata.
Oídio
El Oídio, conocido también como ceniza o moho blanco, es un hongo que forma parte de la familia de Erisifáceos, característico por la formación de una especie de polvo blanco algodonado. Durante su ciclo vegetativo, genera micelio y cleistocitos en la época invernal. En primavera es cuando se produce la dispersión de las ascosporas dando paso a la propagación de la enfermedad. La infección fúngica ocurrirá en las células epidérmicas, sin embargo, encontraremos las esporas en las superficies de la planta.
Como cualquier hongo, un alto nivel de humedad es indispensable para el correcto desarrollo de esta plaga. En cuanto a sus principales inconvenientes, las esporas cubren la superficie foliar produciendo un bloqueo de luz y perdiendo así parte de la capacidad fotosintética. Esto hace que la planta adquiera una tonalidad más oscura, presentando dificultad para respirar a través de los estomas, colapsados por la formación de polvo blanco. Como método ecológico para solventar la aparición de uno de estos tipos de plagas, se recomienda añadir cola de caballo en las zonas afectadas ya que se trata de un excelente fungicida.
Mildiu
El mildiu es una de las enfermedades más comunes en los vegetales. Aunque pensemos que está causada por un solo microorganismo, en realidad los responsables de esta plaga son distintas especies de hongos agrupados. Sus esporas hibernan en los tubérculos o raíces, activándose en primavera cuando la temperatura supera los 10 ºC. En este momento, se dirigen a las hojas y los tallos tiernos a través de los vasos que se encuentran en el interior de la planta.
Los síntomas que presentan son fácilmente reconocibles, observándose pequeñas manchas de color amarillo en la superficie de las plantas. Respecto a su control, se puede destacar el uso de un hongo antagonista para acabar con este especie patógena, como por ejemplo el Trichoderma harzianum.
Cochinilla
Se trata de uno de los tipos de plagas más comunes en la jardinería y la agricultura. Se trata de insectos hemípteros, es decir, animales con cuatro alas, con una trompa succionadora y un pico articulado. Además, se caracterizan por presentar un escudo protector en forma de óvalo de colores marrones y grisáceos, con un tamaño de hasta 1 cm. Existen dos tipos de cochinillas: las que poseen un caparazón duro, y las algodonosas, que están completamente recubiertas por un material suave y esponjoso, similar al algodón.
Son plagas que afectan a todas las superficies de la planta. Estos parásitos clavan el pico en las hojas (específicamente en el envés), en los tallos y en los frutos para alimentarse de la savia. Sin embargo, el principal inconveniente que generan es la segregación de una especie de melaza pegajosa que actúa como un perfecto caldo de cultivo para la proliferación de hongos. Son muy corrientes y aunque puede afectar a cualquier tipo de cultivo, ataca principalmente a los cítricos. Un método muy efectivo para eliminarla es utilizar jabón potásico, 100% natural, que actúa como insecticida y acaricida orgánico, además se emplea también para limpiar la estructura de la planta.
Existen multitud de tipos de plagas que pueden atacar de forma directa y despiadada a los huertos. Por ello, dotarlas de los mecanismo de defensa necesarios para combatir su molesto ataque, es esencial para obtener un buen rendimiento en la cosecha. Asimismo, para hacerlo de forma correcta es imprescindible conocer las enfermedades y los diferentes tipos de insectos que pueden dañar el cultivo para determinar, con éxito, cómo proceder en cada momento.